►EL TEMPLO, ESCUELA DE ENSEÑANZA ESPIRITUAL.

 


El templo es una escuela de enseñanza espiritual que nos ayuda a aprender más sobre el Plan de Salvación y el propósito de la vida.

El propósito de esta vida es alcanzar la vida eterna. Conocer a nuestro Padre Celestial y a su Hijo Jesucristo.

Esto solo es posible entendiendo el plan de salvación. Las ordenanzas del templo nos brindan más comprensión del mismo.

El élder Bruce R. McConkie dijo que en el templo podemos «recibir educación en cuanto los propósitos y planes del Señor que se refieren a la creación y a sus hijos en la tierra, allí se enseñan ciertas cosas que el hombre debe realizar para ganar la exaltación en la vida venidera.»

El presidente Brigham Young enseño que la ordenanza llamada Investidura nos da instrucciones para la vida eterna:

«Vuestra investidura consiste en recibir en la casa del Señor, todas las ordenanzas que os son necesarias … los signos, nombres, señas pertenecientes al Santo Sacerdocio, para que después que hayáis salido de esta vida, … estando así preparados las [entreguéis] a los ángeles que están allí de centinelas, y os dejen pasar, y volver a la presencia del Padre.»

La investidura es una herramienta y una guía que se estableció desde el principio.

Conociendo nuestro Padre Celestial, que, en este estado mortal, nos volveríamos: carnales, sensuales, egoístas, se instituyó esta ordenanza en nuestra vida mortal, mediante una serie de instrumentos de enseñanza.

►La letra insertada en el cuerpo.

Introducir un conocimiento en el cuerpo, es el mejor artilugio, para que el hombre mantenga el recuerdo del propósito de la vida y le señale el camino a una existencia eterna.

—«Nada hace Jehová sin que lo revele a sus siervos los profetas. Amos 3: 7» Estos maestros designados por Dios, siempre han traído este convenio que le fue dado a Adán.

Esta investidura, es un don de entendimiento que abarca todos los misterios de Dios.

A principios del siglo XIX, José Smith un verdadero profeta de los últimos días, restableció los secretos originales, los misterios de la piedad.

Cuando José Smith obtuvo «un entendimiento inspirado de la investidura», comprendió que, como parte de su misión restauradora, su propósito era enseñar y explicar a los mortales, los misterios de Dios, en parábolas [signos, nombres y señas], permitiendo de esa manera, a aquellos que sinceramente buscan conocer, la oportunidad de recibir un entendimiento basado en su deseo y su dignidad.

La investidura es tan rica en simbolismo, que no se puede aprehender o captar en su plenitud, en una sola y única ocasión, su captura requiere una constante visita al Templo. Ciertas lecciones solo se pueden aprender a través de la experiencia repetitiva.

Las enseñanzas simbólicas que se aprenden en el templo son sagradas, más no secretas. De una manera figurativa, las enseñanzas y los ritos del templo nos llevan por un viaje ascendente hacia la vida eterna, finalizando con una entrada simbólica en la presencia de Dios.

Los personajes que se representa, el lugar, la ropa que usamos, los signos, nombres y señas dadas, y todos los acontecimientos que se desarrollan en el templo son simbólicos. Cuando los símbolos se comprenden, ayudaran a cada persona a reconocer la verdad y a crecer espiritualmente.

Algunos de los símbolos son claros y su significado está a la vista. Por ejemplo, en el templo todos se visten de color blanco, el cual es símbolo de pureza.

Este viaje simbólico ascendente hacia la vida eterna, se inicia, con las ordenanzas llamadas «iniciatorias».

►Ordenanzas iniciatorias son:
—Lavado.
—Unción.
—Vestidura del sacerdocio
—Nombre Nuevo.

Primero, en cuanto al «lavado», se lava simbólicamente todos los elementos que constituyen nuestro cuerpo, desde la cabeza y los pies, señalando la funcionalidad de cada parte u órgano de nuestro cuerpo. Esto significa: «nuestra creación espiritual».

Según el plan de salvación, lo primero, es que fuimos organizados como entidades espirituales, una imagen de nuestros Padres Celestiales. Una imagen no es una persona real, es una semejanza o reflejo de algo. Nuestros Padres Celestiales poseían un cuerpo, glorificado, perfecto e inmortal.

«El lavamiento» significa que esa etapa poseíamos los elementos en espíritu, que se colocan en el cuerpo, para que funcione correctamente: cabeza, ojos, boca, etc. Es decir, las partes necesarias que nos permitieran existir, posteriormente en un cuerpo de carne y hueso. Luego de esta primera parte, sigue el sellado del lavado.

—Sellado del lavado.

Lo sellado no se puede quitar, excepto por Dios. «El sellado» quiere decir que hemos sido traídos a «una existencia espiritual», se nos dio vida y libre albedrio para actuar en ese estado de creación.

Nuestra existencia es «sellada incondicionalmente»

—«La Unción»

La unción y el «ser ungidos» significa que se nos otorga «el potencial» que tenemos para llegar a ser como nuestros Padres Celestiales. Si, «seres celestiales» que sirven en la eternidad con cuerpos exaltados de un ser celestial. Naturaleza celestial que puede perpetuar la vida, dominar los elementos y realizar todas las obras de un creador omnipotente.

«Ser ungidos» significa que nuestra existencia tiene «el potencial» para la felicidad y prosperidad personal.

—«El aceite de oliva»

Somo ungidos con aceite de oliva, este aceite no está en estado natural, debe ser preparado y refinado por manos de hombres, por lo tanto, «el aceite» representa las obras de los hombres, nuestras propias obras.

Para alcanzar "nuestro potencial celestial" nuestras obras deben estar dentro de los estándares del evangelio de Jesucristo, y por lo tanto, se representa simbólicamente como «obras justas o puras».

—«Confirmación de la unción»

La confirmación no es “sellado.”

La confirmación de la “unción” es semejante a la practica en la ordenanza de confirmación después del bautismo.

Nuestra capacidad de aprender y comprender dependerá del Espíritu Santo, y este se manifiesta por la obediencia a los mandamientos de Dios.

En Juan 14: 26 dice: “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que os he dicho”

Muy pocos de los asignados a esta tierra llegarán a convertirse en personas celestiales. Esto se debe a sus deseos particulares e individuales de felicidad, que no son los de los ‘seres celestiales’.

La vida celestial es una existencia de servicio.

Este tipo de vida abarca un deseo sincero de brindar felicidad a los demás atendiendo sus necesidades. No es una vida de gloria, ni una vida de realeza como la comprensión humana nos lleva muchas veces a suponer erróneamente.

►«La vestidura del Santo Sacerdocio»

Es la “prenda”, símbolo del cuerpo mortal de carne y hueso que todos recibimos al nacer.

El mandato es de usarlo toda nuestra vida, es un "recordatorio que hemos de cumplir con los propósitos para los cuales existe el cuerpo."

Si cumplimos nuestros compromisos y vivimos nuestras vidas en rectitud, no estaremos bajo el poder de Lucifer, o mejor dicho, bajo el poder y las seducciones del cuerpo, mientras que es carne.

La «prenda» [cuerpo] es un escudo y protección contra el poder también de nuestra “carne” [Lucifer]

Lucifer es el símbolo de nuestros deseo y lujurias carnales. En otras palabras, nuestro cuerpo nos protege de nosotros mismos, si guardamos nuestros convenios, y hacemos a los demás lo que nos gustaría que nos hicieran a nosotros mismos.

El “destructor” [somos nosotros mismos]. El vestido del sacerdocio es nuestro cuerpo, en cuanto “no lo profanes” al cuerpo, el “destructor, nosotros mismos” pasará sin hacernos daño.

Mas si no guardamos nuestros compromisos, el cuerpo mismo es entregado a sus apetencias, al “destructor” para haga su obra.

Como dice Pablo a los Romanos.1: 24-28 “Por eso Dios los ha dejado hacer lo que quieran, y sus malos pensamientos los han llevado a hacer con sus cuerpos cosas vergonzosas.

En vez de adorar al dios verdadero, adoran dioses falsos; adoran los que Dios ha creado, en vez de adorar al Dios que las creó y que merece ser adorado por siempre. Amén.

Por esa razón, Dios ha dejado que esa gente haga todo lo malo que quiera.”

►«El Nombre Nuevo»

Es el símbolo de nuestras experiencias, trabajos, obras como espíritus recién organizados en nuestra vida pre-mortal.

No podemos recordar estas experiencias (obras) en nuestro cuerpo actual mortal; por eso no podemos revelar el nombre, ni recordar.

El «Nuevo Nombre» es simplemente el nombre de una persona justa y aceptada en todas partes.

Nuestras acciones y experiencias siempre fueron justas debido al ejemplo de nuestro Padre Celestial y su Hijo.

Todos fuimos bendecidos con una igualdad incondicional.

►RESUMEN

Somos organizados como espíritu «lavados».

«Ungidos» con el potencial para llegar a ser lo que uno quiere llegar a ser, semejantes a nuestros Padres Celestiales, por lo cual recibimos el libre albedrio.

Progresamos en consecuencia, hasta que uno este listo para entrar en la mortalidad.

El «Nombre Nuevo» significa las obras o las experiencias que tuvimos en la vida pre-mortal.

Ahora, confinados ya en esta vida mortal, hacemos aquí nuestras obras sin recordar [revelar] nuestras acciones en la vida pre-mortal.

Nuestro Nuevo Nombre representa, lo que llegamos a ser al ejercer el libre albedrio que se nos otorgó como recién organizados hijos espirituales de Dios.

Así como nos hacemos un nombre por lo que hacemos en la mortalidad, nuestro nuevo nombre, es un símbolo en quienes nos convertimos en nuestra estadía pre-mortal.

Este curso de instrucción y educación que es la «Investidura» sigue simbólicamente el curso establecido para la existencia eterna de todos.

—Ilustración: «Elohim creando a Adán», pintura de William Blake 

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