EN EL MUNDO TELESTIAL: SEGUNDO SIGNO DEL SACERDOCIO AARONICO.
—Continuación de la sesión de investidura.
►PEDRO: «Ahora, una pareja se acercará al altar (la pareja testigo se arrodilla ante el altar), con la túnica en el hombro izquierdo, están preparados para oficiar en las ordenanzas del Sacerdocio Aarónico. Ahora os daremos el segundo signo del sacerdocio aarónico, con su nombre y seña. …►EL SEGUNDO SIGNO DEL SACERDOCIO DE AARON.
«El signo se da juntando las manos derechas y colocando la articulación del pulgar entre el primer nudillo y el segundo nudillo de la mano, de esta manera. … »
—EXPLICACIÓN DEL SIGNO.
La forma de este signo, se da en contraste con la forma del primer signo del sacerdocio aarónico.
—El primer signo se da apoyando el pulgar en el nudillo (hueso) de la mano del participante, imagen figurativa de que Adán y Eva se hallaban en el Jardín de Edén y habían recibido un cuerpo de carne y hueso perfecto, incomparable, en armonía con el periodo de su existencia: físico – espiritual. Y más …
En contraste, en el segundo signo del sacerdocio aarónico, el dedo pulgar se recibe entre los nudillos, es decir en un espacio "vacío”, imagen figurativa de “falta”, símbolo de la unión de nuestro espíritu en un cuerpo imperfecto, así también, representa la carencia de la presencia del Padre, condiciones estas de una mortalidad caída completa.
Además, se ha considerado seguro, tomar el pulgar como símbolo del Padre, y de Su fuerza y Su fortaleza. Por ende, su juntura en el vacío entre los nudillos es una imagen figurativa del compromiso del Padre de dispensar a Adán y Eva su fuerza, su fortaleza y poder para establecerlos en la mortalidad.
►PEDRO: «El nombre de este signo es su propio nombre de pila, si vas a pasar por el templo por tu cuenta …»
El nombre de este signo es nuestro propio nombre que recibimos de nuestros padres mortales, es nuestra identidad en la mortalidad, es nuestro Ser insertado en las condiciones de la mortalidad completa. Igualmente representa las obras que hacemos como hijos de padres mortales.
►LA SEÑA DEL SEGUNDO SIGNO DEL SACERDOCIO AARONICO.
►PEDRO: «La seña se hace poniendo la mano derecha frente en forma de copa, el brazo derecho en escuadra, y el brazo izquierdo elevado en escuadra. Esta es la seña …
—EXPLICACIÓN DE LA SEÑA.
La segunda seña del sacerdocio aarónico, es un símbolo de como “nuestro espíritu reacciona” cuando se une a un cuerpo imperfecto en la mortalidad.
Considerando el simbolismo, Derecha – Izquierda, la figura de la mano en forma de copa, es nuestra promesa de realizar y ‘ofrecer acciones’ que corresponden a la justicia, por lo tanto, la seña se realiza con el brazo y la mano derechos.
Por otra parte, el brazo izquierdo en escuadra en el lado izquierdo, nos indica que desafortunadamente, todas nuestras obras son injustas, y son acciones caídas figurativamente, asociadas con el entorno en el que nos encontramos colocados durante nuestra probación mortal.
Esta es la naturaleza misma de este estado mortal, que la justicia en perfección siempre estará "en falta" fuera de nuestro alcance.
Seguimos pensando que nuestras obras son justas, parecen correctas para nosotros y las ofrecemos como tales, representadas por nuestra mano derecha en forma de copa.
Se cumple lo dicho por el Apóstol Pablo: Porque yo sé que en mí, es decir, en mi carne, no mora el bien. El quererlo está a la mano, pero no el hacerlo. Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. Ahora bien, si hago lo que no quiero, ya no soy yo quien lo hace, sino el pecado que mora en mí. (Romanos 7: 18 - 20)
“Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios (Romanos 3: 23)
—El convenio asociado con esta seña es, que aceptamos que nuestras acciones mortales, creyendo que son justas, simplemente no lo son.
En otras palabras, todos somo infelices y somos incapaces de alcanzar la felicidad completa mientras estamos en la mortalidad.
—En tales condiciones de nuestra mortalidad, la promesa del Padre Eterno es darnos Su poder y fuerza para establecernos y elevarnos hasta llegar a nuestra patria eterna.
La belleza de la verdad real sobre nuestra existencia mortal es que, aunque todos somos pecadores y fallamos, la situación no es culpa nuestra, y si no hubiera nada más que la mortalidad siempre tendríamos la excusa.

Comentarios
Publicar un comentario